Las centrales nucleares se encuentran entre las instalaciones más seguras del mundo, pero pueden ocurrir accidentes que afecten negativamente a las personas y al medio ambiente.

Desde 1980, cada empresa de servicios públicos que posee una planta de energía nuclear comercial en los Estados Unidos debe tener un plan de respuesta a emergencias tanto en el sitio como fuera del sitio como condición para obtener y mantener una licencia para operar esa planta. Los planes de respuesta a emergencias en el sitio son aprobados por la Comisión Reguladora Nuclear (NRC) . Los planes fuera del sitio (que se coordinan estrechamente con el plan de respuesta a emergencias en el sitio de la empresa de servicios públicos) son evaluados por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) y proporcionados a la NRC, que debe considerar las conclusiones de la FEMA al emitir o mantener una licencia.

Aunque la construcción y el funcionamiento de las centrales nucleares están estrechamente controlados y regulados por la NRC, es posible que se produzca un accidente, aunque es poco probable. El peligro potencial de un accidente en una central nuclear es la exposición a la radiación. Esta exposición podría deberse a la liberación de material radiactivo de la planta al medio ambiente, que suele caracterizarse por la formación de una columna (similar a una nube). El área que puede afectar la liberación radiactiva está determinada por la cantidad liberada de la planta, la dirección y la velocidad del viento y las condiciones meteorológicas (es decir, lluvia, nieve, etc.) que llevarían rápidamente el material radiactivo al suelo, lo que provocaría un aumento de la deposición de radionucleidos.

Preparación para una emergencia en una central nuclear

Preguntas frecuentes sobre la radiación

Información de la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos   sitio web.